Durante todo el viaje, los demás pasajeros no se percataron de que estaban siendo secuestrados. Solo las azafatas y los pilotos estaban al tanto de lo que estaba pasando. La tripulación se puso en contacto con el FBI para abrir una línea de comunicación entre Cooper y los agentes del gobierno. Cooper acordó con el FBI hacer el intercambio de rehenes y dinero en la base aérea de Tacoma, Arizona. Al aterrizar el avión, Cooper liberó a todos los pasajeros, después de haber recibido su dinero y paracaídas. Solo parte de la tripulación se quedaron abordo.
El avión despegó con rumbo a Reno, Nevada y una vez sobrevolando Reno, Cooper ordenó a la tripulación mantenerse dentro de la cabina presurizada. A las 8:13 PM el avión sufrió una despresurización indicando que alguien había abierto una de las salidas de emergencia. El avión aterrizó en Reno sin ninguna complicación. El FBI lanzó una cacería para encontrar a Cooper sin obtener ningún resultado. El caso D.B. Cooper se mantiene como una de las grandes desapariciones de la aviación moderna y uno de los casos más sonados dentro del FBI.
- < Anterior
- 6/6