Existen seis santuarios que van desde Irlanda hasta Grecia, conectados por una raya imaginaria conocida como la Línea Sacra de San Miguel. Cuenta la leyenda que, tras una apocalíptica batalla en el cielo, el Príncipe de las Milicias Celestiales le propinó un golpe con su espada a Lucifer para enviarlo al infierno. La línea que dejó el arma es la que une los santuarios, los cuales fueron construidos en épocas diferentes. Son seis con el nombre del Arcángel y si se sigue la línea, hay uno más que está consagrado a una Virgen. ¿Se trata de una casualidad? Los tres sitios más importantes: Mont Saint Michel, en Francia; la Saccra di San Michele y Monte Sant’Angelo, estos últimos en Italia están separados a la misma distancia. La Línea Sacra está en perfecta alineación con el ocaso del sol en el día en que se realiza el solsticio de verano. Por último y si todo lo anterior no fuera sorprendente, la línea tiene una variación de casi 15 millas para adecuarse a la curvatura de la tierra.
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