Los escritos ocultos…
La institución seleccionó solamente los escritos científicos para mantener la reputación del intelectual, el resto fueron devueltos a los familiares, en ese resto estaban sus pronósticos sobre el fin del mundo.
En 1936 los descendientes los subastaron en Sotheby’s, en Londres. Afortunadamente, ese día sólo se presentaron dos postores interesados: Abraham Shalom Yahuda, judío erudito en Estudios Orientales; y John Maynard Keynes, el famoso economista británico. El primero se quedó con los escritos teológicos y el segundo con los documentos acerca de la alquimia.