Tomando esto en cuenta, se podría pensar que la vida debe ser frecuente en el universo; sin embargo, ¿Por dónde comenzamos a buscar? Es una pregunta más compleja de lo que parece y lo más lógico sería comenzar por lo que ya conocemos: el Sistema Solar.
En el caso del Sistema Solar, se cree que la zona habitable comienza más o menos en la órbita de Venus (si bien parte de su órbita estaría fuera de la zona habitable), y se extiende un poco más allá de los confines de la órbita de Marte. Esta región define la distancia del Sol en el que la temperatura es la idónea para que pueda haber agua líquida en la superficie de un planeta. ¡Si lo piensas, tiene sentido!
Aunque no hay un consenso sobre cuál es el tamaño de la zona habitable del Sistema Solar, a lo largo de los años se han publicado diferentes estudios. En algunos, se ha llegado a sugerir que la zona habitable podría extenderse hasta el cinturón de asteroides, por lo que Ceres, un planeta enano, podría estar en esa región. Pero la mayoría de estudios coinciden en establecer ese borde exterior en el vecindario de Marte. Es lo que se conoce, por llamarlo así, como la zona habitable conservadora.