Afirmaba haber conocido al faraón y que éste era un hombre noble y bueno. Después, con el tiempo, fue descubrió como desentrañar lo que decían los jeroglíficos del museo británico. Asombró a todos con su increíble capacidad para descifrarlos y ella argumentó que era fácil porque no estaba aprendiendo un nuevo idioma. Más bien, recordando uno que ya sabía.
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