Sembrar odio y rechazo a las minorías parece ser la moda política entre los representantes y candidatos de esta nueva era. Parece que a los viejos se les han olvidado los hechos del siglo pasado y todas sus atrocidades, y es evidente que los cursos de historia no les han servido a los jóvenes para aprender del pasado y reaccionar ante toda la violencia y dolor que han sufrido los grupos más marginados. Éste es el caso de Bolsonaro, lamentable candidato brasileño a la presidencia.
Tal vez lo que más temen los brasileños que no votaron por el ultraderechista es la nostalgia que siente por la dictadura militar. Para quienes lo votaron, la promesa de mano dura es la que lo hace tan atractivo como candidato. Estos son algunos ejemplos de su discurso incendiario, de odio, misoginia, homofobia y sexista.
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